Fotografía

Fotografía original de Xavier Mercadé

Reseña de Álvaro Alonso en ABC

14 junio, 2015
En su blog de ABC (Música para la NASA), Álvaro Alonso comenta "Patti Smith. Caballos para la eternidad" con el título
EN LAS VENAS DE PATTI SMITH, CON JUAN J. VICEDO
El libro de Juan J. Vicedo va incorporando la información precisa en el momento adecuado, disco a disco, canción a canción, no solo en la etapa primera, la tríada Horses, Radio Ethiopia, Easter, sino que abarca sin bajar la guardia toda la carrera de la artista, continúa con  Waves,sigue el rastro de Patti en la etapa intermedia de los ochenta y noventa, cuando su vida cambia dos veces, primero tras conocer a Allen Lanier, de los Blue Oyster Cult, y sobre todo tras unirse a quien será el hombre de su vida, Fred “Sonic” Smith de los MC5.  El libro va pasando, como postales sonoras, por las pérdidas irreparables de personas muy importantes en la vida de la artista, como Richard Sohl, su querido amigo Robert Mappelthorpe en marzo de 1989, Sam Wagstaff, y ahora quien se va es Fred, en noviembre de 1994. Como le dijera Allen Ginsberg tras la muerte de Fred, su gran amor, “dejemos ir los espíritus de los que partieron y continuemos la celebración de nuestras vidas”. Aunque para Patti no fue tan fácil aceptar la pérdida de Fred.
No se le escapa a Juan J. Vicedo ningún detalle importante, ahondando en el sentido de las letras de las canciones, como un recolector de mariposas que supiera cercar el espacio para que el preciado tesoro no llegue a escaparse nunca de su red.
Cuando de lo que se trata es de entrar en las venas de Patti Smith, el autor entra y se deja llevar en el flujo de la cantante arrastrado y arrastrándonos por la corriente, por las avenidas de aguas torrenciales, los derrumbes, las cascadas, por las cataratas enormes de sus canciones. Quiero decir que penetra bajo la piel de Patti, abriendo el cofre donde se esconden los tesoros que el poeta guarda celosamente y lo hace sin sacrilegio, con elegancia y una cierta frustración muy sincera: la de estar intentando asir lo inasible, descerrajar un misterio que se empeña en seguir oculto a las miradas de los hombres. Porque las canciones de Patti son indómitas, como caballos salvajes. Son insondables, como textos sagrados. Y, a la vez, son humanas, demasiado humanas, y hunden los pies descalzos en el humus de la tierra, como la voz de un chamán que implora al cielo y al infierno al mismo tiempo, en una búsqueda de la poesía, la belleza, la energía y el magnetismo animal.
Quien desee que las alas de mármol se le caigan y elevarse de la mano de Patti Smith hacia arriba, cada vez más arriba, encontrará en Patti Smith. Caballos para la eternidad (66 Edicions, 2015) el fuego necesario para el primer impulso. Luego ya no hará falta más que escuchar; y cantar y danzar hasta el amanecer acompañado de la flauta de Pan y la pipa de Kif en Joujouka.

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